Aeropuerto
Hoy es sábado y como en casa; me levanto tarde y doy vueltas por la casa... tardo en arreglarme más de lo habitual, que nunca es poco. No tengo resaca, pero podría tenerla; bueno, mejor así porque las comidas familiares siempre son mejores sin resaca.
Salgo a la calle. Estos días siempre hay mucha gente por mi barrio, menos mal que hoy no es domingo. Este chaval siempre está aqui, con el perro; le saludo y me sonríe. Voy en el Metro casi todo el camino pensando que la vida a veces es amable y que si lo fuera siempre, todo sería más fácil; el resto del tiempo que dura el trayecto, me quedo dormida.Cuando llego a casa, mi madre siente tentaciones de recordarme que llego tarde, pero cuando sonrio y digo: "hola mami", me abraza y sé cuánto me echa de menos.
Estamos las dos en la cocina. Charlamos, como si hiciera meses que no nos vemos y me cuenta lo de Nochevieja: ellos este año no van a salir. Vaya.
Entonces lo oigo de refilón: aeropuerto, desaparecidos, explosión. Otra vez doblan las campanas, otra vez tengo ganas de llorar, otra vez recuerdo a Ro llorando al ver las noticias en aquel tiempo en que las campanas doblaban constantemente.
Porque la vida es amable a veces, pero no siempre...
Está bien eso de saber cómo otros han recibido la noticia.
No siempre, esta mañana sí.
Por eso querida, cuando hay viento a favor,...a navegar.
No siempre es amable, ni siempre tienes ganas de sonreir pero eso no me impedirá seguir intentando sonreir y que los demás sonrian. Ya tengo la cámara dispuesta así que..... ¡una sonrisa por favor!.
Ay, perdona, no le dí bien al botón, así que ¡otra vez por favor! (la última, de verdad)