La mujer portuguesa
Me encanta el Café, con decenas de mesas, con espejos... puedo estar allí horas leyendo o fingiendo que lo hago, observando; y no soy la única.
La camarera no es de aqui. Hace tiempo que nos conocemos; ella me saluda, me pregunta, me cuenta y yo a ella. Hoy ha dicho: "Por fin llegó el frío, que ya estaba harta" y nos hemos reido aunque no sé si tiene mucha gracia.
Me gustan estas relaciones de buena vecindad, la amabilidad y el respeto, incluso el intercambio de favores, todo sin llegar a más, sin confidencias, sin consejos...
La camarera no es de aqui. Hace tiempo que nos conocemos; ella me saluda, me pregunta, me cuenta y yo a ella. Hoy ha dicho: "Por fin llegó el frío, que ya estaba harta" y nos hemos reido aunque no sé si tiene mucha gracia.
Me gustan estas relaciones de buena vecindad, la amabilidad y el respeto, incluso el intercambio de favores, todo sin llegar a más, sin confidencias, sin consejos...
Buenos días querida; siquería ser como yo, me veo en la obligación de hacerle saber que ya lo ha conseguido. Soy de los que dan los buenos días al conductor del autobús o un saludo ajustado a la hora del día, con cualquiera que me cruce en los límites del edificio en que vivo. Com Ud. ya sabe, no cuesta nada darle unas pinceladas amables al devenir. Besos.
Todo eso esá muy pwrdido en las grandes ciudades, aunque todavía puedes encontrar a desconocidos que te reciben con una sonrisa verdadera en los labios.
Esas cosas que describes son precisamente las que hacen la vida más agradable.
Un placer conocerte. Bicos