Más cerca

Ahora mismo no se me ocurre ninguna razón por la que renunciaría al sexo voluntariamente. Ni ahora mismo, ni en ningún momento desde que Andrómena me contó lo que le habían contado. Ni siquiera antes.

Lo que tengo clarísimo es que si renunciara al sexo, no lo haría por dinero (al menos no por un millón y medio de euros), ni por librarme de la pila de curro para siempre, ni por cerveza. Lo del fútbol, no me sirve como opción... porque no tengo un equipo que quiera que gane nada.

¿Cómo se puede renunciar voluntariamente al roce, a los escalofríos, al sabor de otra piel, a los gemidos, a los abrazos, a los besos con lengua?



No se me ocurre nada mejor que estar cerca de alguien; bueno, sí, estar más cerca.


La imagen es "Ambos" de la serie "Closer" de Álvaro Rioseco.