quiero ser como tú: marzo 2007



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30 marzo 2007

Memento [click]

La caja del diablo me tiene loca. Ha empezado a escupir frases, imágenes, comentarios de estos últimos meses. Quiere que me precipite pero no lo haré.

Hay cosas que no recordaba que fueran así cuando las metí; no eran esos los colores, ni las palabras, tampoco eran esas las intenciones. Si cuando meto en la caja una duda puedo sacar varias o un problema, si cuando meto un dolor puedo sacar una gran enfermedad... ahora que he metido una pequeña mentira estoy sacando todo un engaño. Y no.



Pero claro, la caja del diablo, como no tiene lazo porque los odio, se abre cuando quiere, igual que se cierra, y lo único que yo puedo hacer es no hacerle mucho caso.


La imagen es de http://www.ba.infn.it/~zito/museo/gemme.html




22 marzo 2007

Malos tiempos para la lírica [click]

Y para todo.

No sé porqué después de que iba a empezar la primavera, después de que nos habíamos hecho la idea de soltar los abrigos, ha vuelto el frío y de esta manera.

Hace sol, un sol gustoso a través del cristal; como siempre, pero no hay que confiarse, hace frío y mucho. Camino por la calle encogida, llevada por el viento y cierta tristeza; tanta ropa me asfixia. Ya, ya sé que oficialmente es primavera; por ahora, confío en abril.


Intento hacer mis cosas como si no pasara nada, pero no puedo. Ni siquiera soy capaz de respirar aunque lo intento, pongo la mano izquierda en mi tripa y me digo "inspira", pero no se mueve nada: otra vez la congestión (creo que no me llega bien el oxígeno al cerebro), otra vez la caja del diablo abierta (ni siquiera sé si alguna vez ha estado cerrada).

Y es que no siempre querer es poder.

La imagen es "Esperando abril" de Nicoletta.



03 marzo 2007

Vudú [click]

Resulta que el otro día, después de que el trasgu se marchara, como llovido de un agujero desde el cielo, llegó a mis manos un recortable.

Podrá parecer absurdo pero, al llegar a casa, lo recorté, lo doblé y lo pegué. Absurdo, no por hacer lo que se debe con un recortable si no por hacerlo pensando que ése gesto iba a conseguir que la ansiedad, las dudas y la impaciencia desaparecieran.


Ya mientras lo recortaba, empecé a hablarle: "tranquilo, esto no te va a doler". Me miraba asustado, serio, mientras lo iba doblando cuidadosamente por la linea de puntos. Se sobresaltó cuando puse el pegamento en las pestañas, que no en los ojos.

Pasó la noche tranquilo sobre la mesa, de la que había retirado tijeras, agujas y chinchetas, que sospeché eran la causa de su malestar, y por la mañana me pareció ver que sonreía.

Yo le hablaba, le susurraba, le hacía cosquillas aunque se enfadara. Así han ido pasando los días hasta que, de pronto, hoy me he despertado de madrugada notando una mano en mi cintura, una respiración en mi cuello... y cuando me voy a girar, un "buenos días, pre".


La imagen es "Voodoo Contracting" de John Ahlen