He venido sola. Espero a que me llamen en la sala de espera. Estoy tranquila, no sé porqué después de tantos años...
Yo ya me siento bien, incluso mentalmente; creo que lo he superado. Las visitas a médicos que hice en su momento, su impasibilidad ante mi insistencia, consiguieron convencerme de que no tenía nada. Todo estaba en mi cabeza. Menos mal que mi familia lo había visto, porque hasta los síntomas desaparecían cuando iba al médico y yo me maldecía; era en el único momento en el que deseaba enfermar, cuando estaba delante del médico y me miraba con cara de incredulidad. Les faltaba decir: "Estás loca, bonita."
El caso es que yo decidí que todo era fruto del estrés. Aliviaron los síntomas con una medicación crónica y después de unos meses abandoné el tratamiento por iniciativa propia. Todo había acabado.
Es mi turno.
Entro en la consulta del médico. No es el de cabecera, es el especialista; en el hospital. Espero acabar cuanto antes y a trabajar, que mira qué hora es.
- Quiero ser como tú.
- Sí.
- Las pruebas muestran que tiene xxxxxxxxxxx.
- Vaya...
- No es grave, pero debe usted tomar yyyyyyyy, al menos unos meses, de momento. Pida cita para septiembre y le repetiremos las pruebas.
- Pero yo me encuentro bien...
- Si, pero no hay duda, todas las pruebas así lo indican.
No soy consciente de lo que esto significa hasta que no pasan unos días. La enfermedad en sí es lo de menos, al fin y al cabo, yo estoy igual que ayer. Pero mi cabeza va a estallar.
Tengo que ir al médico de cabecera a que me dé la receta. Él mira la pantalla de su ordenador ¿qué habrá puesto en mi historial?
Diagnóstico: Cree que está enferma.
Tratamiento: Sintomático.
Observaciones: Si vuelve, probar con un
placebo.
Lee el informe del especialista atentamente, toma notas en mi historial. Me mira.
- ¿Qué tal te encuentras?
- Bien.
- Lo suponía. Pues toma, la receta.
La imagen es "did you forget to take your meds?" de limowreck666